Acabo de terminar de ver "Memorias de África" y es muy bonita, aunque lo cierto es que no me ha hecho lagrimear como hubiese querido. El comentario, de Carmen Rigalt, en el dorso de la carátula te hace levantar espectativas que después no se cumplen. Pero no le hecho la culpa al filme, lo más seguro es que yo no haya sido un buen espectador.
Sin embargo, hay momentos en los que la película me ha gustado mucho, además de la música, y tengo la sensación que un segundo visionado me hará descubrir detalles que puedan haber pasado inadvertidos. Un momento memorable es cuando el marido de la protagonista le dice al amante de su mujer (Robert Redford en sus mejores años) eso de "Podrías haber pedido permiso" -refiriéndose a él mismo- y el amante responde: "Lo hice, y ella me dijo que sí" O cuando Karen se arrodilla ante el Gobernador para pedir que le "cedan" (léase "devuelvan") tierras a los nativos en las que puedan subsistir. Ella le pregunta:
- ¿Tengo su palabra?
Y ante las dudas de su marido, la mujer del Gobernador dice:
- Tiene la mía.
Karen se levanta sonríe y le da mano:
- Espero que sea feliz aquí. Yo lo fuí.
- Me hubiera gustado conocerla.
Momento precioso, sí.
La verdad es que la he cogido de la Biblioteca, donde fui esta mañana a estudiar para el examen del jueves que vienes -¡Jo, para que me habré acordado!- Nos la había recomendado nuetro profesor de Historia, como ejemplo de no sé cual paradoja del Derecho contemporáneo, creo que la de "liberación europea frente a dominación colonial"
Lo cierto es que la he aprovechado desde el punto de vista literario. Es decir, como un dato más de la base de datos que estoy alojando en mi interior, donde bulle, lo sé, una obra por escribir. Mi sueño es escribir algo, y bueno. Escribir mucho, la verdad. No vivir de ello, pero sí ser conocido por ello. No dudaré, a riesgo de parecer iluso, que quiero ser conocido por que guste mi creación -en el sentido crear- literaria.
En fin, supongo que todo esto es demasiado vanidoso, pero hay muchas cosas en la vida que son "pura vanidad" sin que esto sea bueno ni malo. Eso es una cosa que pretenderé trasmitir en mi obra, que no hay gente mala-mala y buena-buena... no sé... pero como se ha dicho:
"Soy un hombre, nada humano me es ajeno"
El día de hoy es festivo. Se celebra la aprobación en referéndum de la actual Constitución. Mal momento ha escogido el texto para cumplir sus veinticinco años, aunque descuide el lector, que no me sumo a la ristra de agoreros que se afilan los dientes contando los peligros de la Patria.
No me sumo ni a quienes niegan todo valor a esta Constitución como punto de encuentro de la mayoría de los españoles tras una guerra civil y una Dictadura ni a aquellos que ven en esta Constitución, como dijo recientemente el Presidente del Parlamento de Andalucía, "el mejor texto constitucional de todos" o "el más duradero" No me sumo porque no son ciertas ninguna de las dos afirmaciones. En primer lugar, la Constitución de 1931 fue mejor y más democrática que esta, bajo mi opinión, y quiza fue ese su fallo y la causa de su prematura y desastrosa muerte. En segundo lugar, en el período de 1875 a 1922, aunque algo más convulso, y para ejercer una simetría temporal a escuadra y cartabón, imperó una sola Constitución, la de la Restauración monárquica.
En conclusión, que sin quitarle valor a la Constitución del 78 como paso a una España en paz, la valoro sólo como eso, y no como un proyecto democrático de futuro. Toca la República. Y muchas veces con otros republicanos discuto sobre ellos, "debemos -les digo- centrar nuestra lucha en convertir la República en futuro y no sólo, que también, en el pasado"
Salud y república.
Uno se enfrenta cada año siempre al mismo dilema: ¿hace suficiente frío como para ponerse el abrigo? ¿qué abrigo? ¿y los guantes, y la bufanda, y el gorro? Y es que salir a la calle ataviado para una helada y que después Lorenzo pegue con fuerza te deja en mal lugar ante tí mismo y el resto de convecinos.
Este año parece que no nos tendremos que enfrentar a este dilema. El entretiempo ha debido de coger el AVE Lérida-Madrid para intentar llegar aquí, porque se ha quedado por el camino... hace un frío que pela... después de un verano como el que ha habido. Así que ya sabes, coje el abrigo que quieras y no temas que alguien piense que vas demasiado abrigado.
Verdaderamente debo replantearme esto del blog, ya que si me voy a pasar todo el tiempo hablando del tiempo, pues es mejor que me dedique a otras cosas. Pero yo sé que lo puedo hacer mejor, sólo me hace falta encontrar la inspiración de mi creatividad. Pero hoy no llega, se habrá quedado hablando con el entretiempo en ese pueblo aragonés donde para el AVE y donde tiene propiedades la familia de la Aguirre. Seguro.
Una amiga acaba de decirme que tengo poca imaginación. ¡No es cierto! De hecho, como le decía hoy a mi madre, provocandole un gesto cariacontecido a la mujer, "siento que una gran obra literaria germina en mi alma" Ella no supo qe responder, no le culpo. Pero sí que tengo imaginación, ya lo iré demostrando.
Ahora mi amiga me dice que ponga algo revolucionario. Pues no sé, la reforma que propone Zapatero de la Constitución es buena, sólo que yo sutituiría lo de "poner a la mujer en igualdad en el acceso a la Corona" por "poner en igualdad al resto de ciudadanos no pertenecientes a la familia Borbón en el acceso a la Corona" En fin.
Oye, os dejo, voy a cenar, os escribo mañana.
Salud y república.